Hermosas y profundas reflexiones. Gracias por publicarlas.
Nosotros, pusimos los surcos como renglones sobre la tierra.
No con lápiz.
Los pusimos con nuestras manos, sudor, animales, y nuestro cariño.
Luego, las letras fueron las semillas y esas semillas nos contaron historias de tinto por las mañanas, de cuando lloramos por Luis, de cuando el sol abrazó muy fuerte o cuando la lluvia regó demasiado.
Hoy estas plantas tienen la historia de los abuelos escrita en sus cortezas.
Y la noche... siempre es la contraportada que se cierra para soñar el futuro.
Hermosas y profundas reflexiones. Gracias por publicarlas.
ResponderEliminarNosotros,
pusimos los surcos
como renglones sobre la tierra.
No con lápiz.
Los pusimos con nuestras manos,
sudor,
animales,
y nuestro cariño.
Luego, las letras fueron las semillas
y esas semillas nos contaron historias
de tinto por las mañanas,
de cuando lloramos por Luis,
de cuando el sol abrazó muy fuerte
o cuando la lluvia regó demasiado.
Hoy estas plantas tienen
la historia de los abuelos
escrita en sus cortezas.
Y la noche...
siempre es la contraportada
que se cierra
para soñar el futuro.
Ella Yelithza Ponce Verjel