Tunja 2012 - Biblioteca de Plantas

Biblioteca de Plantas
Obra Viva - Sede Cultural del Banco de la República de Tunja

Residencia realizada del 1 al 6 de octubre de 2012

Las reuniones de la Biblioteca de Plantas, en orden cronológico, fueron estas:

El lunes 1 de octubre, en la tarde, se abrió la semana de encuentros con un taller de cocina basado en ingredientes de la huerta La Fraternidad, en Soracá, hicimos variaciones con estos alimentos por pedido de las agricultoras del lugar, quienes habían solicitado conocer nuevas recetas para las verduras que cultivan.


Mientras preparábamos los alimentos, nos preguntamos lo que podría significar, en Tunja, la idea de una biblioteca de plantas, qué podría significar, en el marco de nuestros trabajos personales y organizativos, en el panorama actual de Boyacá, en las investigaciones que vienen realizando cada uno de los participantes, y cómo podría coincidir con nuestros trabajos la relación que he venido planteando entre leer y comer, sembrar y escribir.

Luego, al finalizar la tarde, de la mano de Carlos Bonilla, egresado de la Facultad de Artes de la UPTC, recorrimos los jardines de la sede del Banco. Carlos Bonilla, quien centró su investigación de grado en los jardines interiores de Tunja, era un invitado excepcional para mostrarnos las plantas y sus historias.



Por último comimos un arroz de espinacas, calabacín con queso paipa, ensalada de frutas, rúgula y pétalos de caléndula y cuadramos las citas de los siguientes días. Muchos de los ingredientes aportados por la Huerta La Fraternidad, de Soracá, Boyacá. 


Este encuentro y estas reflexiones se construyeron con un grupo de personas que, precisamente, están trabajando en proyectos centrados en su territorio, en los usos de la tierra, en los saberes ancestrales de plantas alimenticias y medicinales, en los modos de vida campesinos e indígenas y en las plantas.
  
El segundo día, martes 2 de octubre, viajamos a la finca de Fabriciano Ortiz, custodio de semillas del Municipio de Boyacá, compartimos con él y con su hermano Luis Ortiz, la comida ofrecida, las plantas custodiadas, las técnicas orgánicas de cultivo, el cuidado y el amor por la tierra, se convirtieron para todos en una experiencia y un conocimiento invaluable.
  








Especialmente resalto los gestos de un custodio: recibirnos con variedades antiguas de arracachas cuyas semillas nos regaló no bien pusimos un pie en su casa, la riqueza de un almuerzo conformado por granos de mil colores distintos, el ofrecimiento, al final de la tarde, de su maíz.

Para Laura López, investigadora en alimentos ancestrales esta visita enriquecía enormemente su investigación, encontró fríjoles silvestres que Fabriciano había “domesticado”, variedades ancestrales de arracacha, mazorcas vivas, cuyos maíces de mil colores dan cuenta de los “genes saltarines” o aquellos genes que aseguran la diversidad natural y, por lo tanto, la capacidad adaptativa de las plantas. Los agricultores de la Fraternidad se encontraron con una posibilidad de intercambio de semillas nativas muy cerca de su región, para unirse a la actividad como custodios. Para Diego Chiguachí, coordinador de la red de semillas de Familia de la Tierra el encuentro fortalecía los lazos con la familia Ortiz y sus saberes. Para Sergio y Mary había nuevas variedades para custodiar en su proyecto Tierra Firme, mientras Enrique se encontró recetas de cocina con hojas y granos desconocidos.

Pero, además, escuchar a Fabriciano y a su hermano, la claridad con la que siembran y hablan, con la que cocinan, escriben la tierra y difunden su conocimiento, es central en la Biblioteca de Plantas, quedó clara esa relación profunda entre ser humano y vegetales que se da en la agricultura ancestral. Caminar, comer, charlar, cosechar, cocinar, fueron el mismo acto de conocimiento.

El miércoles 3 de octubre viajamos al Proyecto La Fraternidad en Soracá. Este proyecto ha reunido a 10 agricultoras campesinas y 2 artistas en torno al rescate y reconocimiento de su territorio, de sus plantas medicinales ancestrales, de sus técnicas de cultivo.

Maria Paula Falla, artista, cultivadora, investigadora, docente, líder del proyecto La Fraternidad, fue una persona central para el trabajo en la residencia, para los encuentros, para la reflexión. Nos acompañó durante toda la semana, pidió recetas a los niños de la escuela veredal y nos invitó al encuentro con ellos.                                 







La visita a la Fraternidad quedó como eje central del proyecto Biblioteca de Plantas.

El mismo miércoles, en la tarde, nos reunimos en la Sede Cultural del Banco a escuchar a Carolina Bonilla, comunicadora social y fotógrafa, quien nos contó acerca de su investigación en Cubará, el trabajo con los indígenas U’wa en el rescate de sus alimentos ancestrales. Y tuvimos como invitada excepcional a Helena Pradilla coordinadora del grupo de investigación de la UPTC “Alimentos ancestrales, alimentos promisorios” y a Laura López, antropóloga e investigadora del grupo.

El jueves 4 de octubre nos reunimos con varios de los asistentes de la semana, para planear en conjunto lo que debería ser la exposición de la Biblioteca de Plantas, según los encuentros y las experiencias vividas en la semana. Las conclusiones que sacamos las doy en el siguiente aparte.


El viernes 5 de octubre, día de mercado en Tunja, salimos a la Plaza Sur, por una afortunada recomendación de Amparo Bello y de Helena Pradilla, a buscar los ingredientes del Cocido Boyacense, aquellos alimentos campesinos de tradición indígena, que aún sobreviven a la industrialización.

El sábado 6 de octubre cuadramos las próximas citas con el Banco, tomamos registros de los frutales y hierbas del jardín, con los que ellos mismos preparan las aromáticas,  y nos despedimos, de vuelta a Bogotá.

Ya en Bogotá hemos estado dedicados, en continua comunicación con los asistentes de Tunja, en la programación de las Jornadas de encuentro, que son extensas y requerían una fuerte coordinación:

Resumen del encuentro del jueves 4 de octubre: “cómo exponer una Biblioteca de Plantas en Tunja”.

Teniendo en cuenta que la residencia planteaba como objetivo “diseñar una Biblioteca de Plantas para Tunja, una que residiera en la Agencia Cultural del Banco de la República” y que la Biblioteca se construiría para señalar los cultivos ancestrales y múltiples de esta región como conocimiento común y, por lo tanto, como bien común, era definitivo hacer en conjunto la reflexión sobre  su exposición.

Nos reunimos entonces Maria Paula, Juan Carlos, Sergio, Mary, Johana, Yolima, Luis Carlos, Enrique y María, para definir una exposición que reuniera las voces y las experiencias de los que participamos en esta semana de encuentros y de recorridos:

Primero el taller de cocina del lunes, con alimentos de la huerta de la Fraternidad, la visita del martes a la casa del custodio de semillas Fabriciano Ortiz, la visita del miércoles a la Fraternidad, el encuentro con las huerteras y con Trinidad, y con la escuela de Quebrada Grande, el encuentro del miércoles en la tarde con Carolina y su trabajo con los indígenas U’wa y lo que nos contaron Helena Pradilla y Laura de su grupo de investigación en alimentos prehispánicos – alimentos promisorios.

Como dijo Maria Paula, la biblioteca de plantas implica que es posible leer el mundo, y no sólo leerlo en libros, leer plantas, leer territorios y leer en las personas que conocemos. Por ello caminar, conversar, cuidar plantas, cocinar, comer y sembrar, son formas de leer y de escribir.

Por lo tanto, según definió el grupo, la Biblioteca de Plantas que debíamos hacer en Tunja no podía ser un objeto, sino, siguiendo lo vivido, una serie de encuentros. Encuentros que se realizarán en los lugares que habíamos recorrido esta semana, con el mapa que resultó un vector, pues, los tres puntos se encuentran casi en línea recta, por la misma ruta.

Entonces son tres lugares: Tunja---Soracá---Boyacá. Y tres ejes en la exposición: documentos – mesa de trueque – habitantes que se encuentran (plantas y seres humanos).

Estas jornadas de encuentro tratarán los temas que interesan a los participantes: El desarrollo, siembra e importación de alimentos transgénicos en Colombia, las actuales reglamentaciones a las semillas en el marco legal colombiano, los alimentos ancestrales, sus posibilidades en la alimentación actual y las prácticas con plantas medicinales propias de la región.

Mientras los documentos, especialmente las fotografías, apuntan a dar cuenta de la riqueza de las prácticas de cultivo, los saberes humanos, la diversidad reunida, la enorme variedad de especies. Y, sobre todo, apuestan por un cambio en nuestra idea de belleza y de orden: allí donde vemos “una confusión de hojas juntas”, en realidad vemos un cultivo diverso, el paisaje campesino que deberíamos tener en la cabeza, así como las especies deben estar junto a sus custodios, y la exposición, en conjunto, es acompañada por intercambio de semillas.

Flyer digital, difusión del encuentro

Programa de mano: 



Fotografías del encuentro

Primer día:










Segundo día:





Tercer día:




Participantes y expositores: 

La Fraternidad:
Maria Paula Falla
Juan Carlos Muñoz
Martha A Quinchao
Trinidad Martínez

Tierra Firme:
Sergio Gonzalez
Mary Jay-pang

Grupo de investigación UPTC Alimentos Ancestrales, Alimentos promisorios:
Helena Pradilla
Laura López
Carlos Bonilla

Red de custodios de semillas:
Diego Chiguachí

Campaña semillas de identidad y Red de Semillas libres:
Mauricio García
Belma Echavarría

Elena Villamil
Carolina Bonilla
Ángela Johanna Vega
Sergio González
Jhony Perez
Javier Huertas
Nora Choperena
Nilce Ariza
Deyanira Velsco
Lina Bohorquez
Iván Perez Moxica
Iván Ricardo Camargo
Andrea Mesa
Fabriciano Ortiz
Luis Ortiz
Luis Carlos Bohorquez
Enrique Chamorro

Agradecimientos: 
Agencia Cultural del Banco de la República de Tunja
Amparo Bello Dávila. Gerente.
Nidia Manrique Moreno. Auxiliar de Asuntos Culturales.
José Gerardo Uscátegui Parada. Coordinador Cultural
Martha Cecilia González – Auxiliar Administrativo
Myriam Gabanzo  (servicio de cafetería)







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